Siete

Las socias nos vestimos de gala con bombos y platillos le damos la bienvenida en punto de encuentro a la Señorita Morfina con su siguiente post:

Hace tiempo tenía pensado hacerme una perforación, recuerdo que la última que me hice una fue el 29 de Noviembre del año 2004, y ya había olvidado el orgásmico dolor que se sentía. Sí, soy una masoquista en potencia, pero por Dios, todos tenemos un punto débil, y creo que hace años descubrí el mío.

Cuando era una jovenzuela de 17 años, moría por perforarme la nariz, y sí, me perfore la nariz; en ese momento sólo veía al perforador a los ojos, mientras escurría una lagrimita de uno de mis ojos... Sí, sí, sí... me dolió y mucho pero me aguante.

Era mi primera perforación, y como había tardado miles de horas con millones de "buenas razones para tener una perforación" con mis papás, tenía la responsabilidad de cuidarme al máximo para evitar una infección y que me cayera la nariz... Todo fue tan sencillo, y poco a poquito empecé a extrañar esa sensación tan extraña...

Después de unos meses, quería algo nuevo... algo que estuviera de moda y no tarde en encontrarlo: era hora de deshacerme del piercing que muy bien adornaba mi nariz y ponerme un nuevo colguije en la lengua... Esta de más decir que para esto use el método "buenas razones para tener una perforación, segunda parte" y no fue tan difícil como la primera vez... Así que una tarde saliendo de la prepa me dirigí con mi perforador preferido (el único al que le confiaba mi cuerpo y salud), le extendí mis doscientos pesotes y le dije "quiero uno en la lengua :D"... Esta vez no me dolió, sólo que fue un poco más difícil acostumbrarme a hablar sin que pareciera que tuviera alguna discapacidad en el lenguaje... En fin, me cuide muchísimo más, y de hecho puedo decir que fue una buena dieta basada en gelatinas y jugos para evitar infectar mi nuevo agujero...
Después de haberme acostumbrado, dije un día "ma' quiero otra perforación".... "QUÉ?! Estas loca, parecerás una vaga sin oficio ni beneficio, blah blah blah".... Después de todo el sermón de rutina y de estar viendo a mi mamá con mi cara de WTF? le pregunte nuevamente "¿Puedo?".... "Pero primero quítate el de la lengua"... Ok, era un trato justo... Esa vez me perfore la ceja pero jamás me quité el de la lengua, al cabo que ni se veía…

Creo que fui una adolescente ruda pero siempre bien portada (dentro de lo que cabe y dentro de lo que significa ser una buena hija, creo yo, obvio con los respectivos chantajes ñoños).

Para no hacer mi historia aún más larga, después de la ceja, siguió el labio, de nuevo la nariz y por último hice víctima a mi ombligo... En total tuve seis perforaciones, y aunque parezco queso gruyere jajajajajá no me arrepiento :) Puedo presumir que tengo la fortuna de haber tenido un padre un tanto consentidor y una madre sumamente tolerante...

Mi post se titula Siete porque precisamente el día 01 de Diciembre del 2008, a mis casi 22 años, me perfore por séptima vez... nuevamente el labio, pero esta vez a un ladito (derecha), por debajo... y la verdad es que se ve tan genial :D que creo que este me lo dejaré hasta que tenga que asistir a trabajar a alguna oficina aburrida con traje sastre y toneladas de estrés sobre mis hombros... Momento, ya trabajo en una oficina aburrida pero sin traje sastre, eso sí, con harto estrés… y adivinen algo, aún lo tengo.

A mi entonces novio le encantó, dijo que me veía más sexy (¿más? es que me veía con ojos de amor), a mis amigas y amigos les gustó (o al menos eso me hicieron creer) y mi mamá solamente dijo con voz serena y llena de resignación: Volvemos a las andadas...

y nosotras dimos el rol y en este blog de Suzette